Santa María Magdalena

Magdalena se deriva de Magdala, población situada sobre la orilla occidental del mar de Galilea, al norte de la ciudad de Tiberíades, o de expresión del Talmud que significa «rizar pelo de mujer», en referencia a las adúlteras.

«La historia de María de Magdala recuerda a todos una verdad fundamental: discípulo de Cristo es quien, en la experiencia de la debilidad humana, ha tenido la humildad de pedirle ayuda, ha sido curado por él, y le ha seguido de cerca, convirtiéndose en testigo de la potencia de su amor misericordioso, que es más fuerte que el pecado y la muerte». -Benedicto XVI, 23 Julio, 2006.

Formó parte de los discípulos de Cristo, estuvo presente en el momento de su muerte y, en la madrugada del día de Pascua, tuvo el privilegio de ser la primera en ver al Redentor resucitado de entre los muertos (Mc 16, 9)Fue sobre todo durante el siglo XII cuando su culto se difundió en la Iglesia occidental.

La historia de María Magdalena es una de las más conmovedoras del Evangelio y también de las más enigmáticas. Se debate si la mujer que relatan varios pasajes del Evangelio es una o tres mujeres:

1- La pecadora que unge los pies del Señor. (Lc., VII, 37-50).
2- María Magdalena, la posesa liberada por Jesús, que se integró a las mujeres que le asistían (Lc. VIII; Jn XX, 10-18) hasta la crucifixión y resurrección.
3- María de Betania, la hermana de Lázaro y Marta. (Lc., X, 38-42).

La liturgia romana, siguiendo la tradición de los Padres Latinos (incluyendo a Gregorio Magno) identifican los tres pasajes del Evangelio como referentes a la misma mujer: María Magdalena. La liturgia griega, siguiendo a los Padres griegos, sin embargo, las reconocen como tres mujeres distintas. La cuestión sigue abierta.

El santoral litúrgico actual celebra a una sola: María Magdalena utilizando las referencias a su encuentro con Jesús resucitado.

*La Pecadora que unge los pies del Señor en Galilea*

San Lucas hace notar que era una «pecadora pública» pero no especifica que haya sido una prostituta.

Cristo cenaba en la casa de un fariseo donde la pecadora se presentó y al momento se arrojó al suelo frente al Señor, se echó a llorar y le enjugó los pies con sus cabellos. Después le ungió con el perfume que llevaba en un vaso de alabastro. El fariseo interpretó el silencio y la quietud de Cristo como aprobación del pecado y murmuró en su corazón. Jesús le recriminó por sus pensamientos. Primero le preguntó en forma de parábola cuál de dos deudores debe mayor agradecimiento a su acreedor: aquél a quien se perdona una deuda mayor, o al que se perdona una suma menor. Y descubriendo el sentido de la parábola, le dijo directamente:

«¿Ves a esta mujer? Al entrar en tu casa, no me diste agua para lavarme los pies, pero ella me los ha lavado con sus lágrimas y me los ha enjugado con sus cabellos. Tú no me diste el beso de paz; en cambio ella no ha cesado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza y ella me ha ungido los pies. Por ello, te digo que se le han perdonado muchos pecados, pues ha amado mucho. En cambio, aquél a quien se perdona menos, ama menos». Y volviéndose a la mujer, le dijo: «Perdonados te son tus pecados. Tu fe te ha salvado. Vete en paz». (Lc. 7)

*La discípula de Jesús, liberada de siete demonios*

En el capítulo siguiente, San Lucas, habla de los viajes de Cristo por Galilea, dice que le acompañaban los apóstoles «y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios» (Lucas 8:2). Lucas no especifica ni niega que sea la misma pecadora que unge a Jesús, pero ciertamente se trata de una pecadora y es la misma persona que en Marcos 16:9 es testigo de la resurrección.

*La hermana de Marta y Lázaro, residentes de Betania*

Más adelante Lucas narra que, en «cierta población», el Señor fue recibido por Marta y su hermana María. Probablemente las dos hermanas se habían ido a vivir a Betania con su hermano Lázaro, a quien el Señor había resucitado a petición de ellas. Dada la mala reputación que tenía María en Galilea no sería extraño que los tres hermanos se mudaran a Betania (Judea).

Marta se ocupaba con afán de atender al Señor y le pide que dijese a su hermana que le ayudase, pues María estaba a los pies de Cristo para escuchar cuanto decía. El Señor respondió: «Marta, Marta, te preocupas por muchas cosas y sólo hay una necesaria. María ha escogido la mejor parte y no le será quitada» (Lc. 10:41).

*Segunda unción con perfume*

San Juan en el cap. 12 (cf. Mat., XXVI; Mc, XIV) identifica claramente a María de Betania como la mujer que, en la víspera de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, le ungió los pies y los enjugó con sus cabellos, de manera que «la casa se llenó del olor del perfume». Esto ocurrió cuando Jesús cenaba con la familia de Lázaro en Betania. San Juan nos dice que Jesús los amaba.

¿Es María de Betania también la protagonista de la primera unción ocurrida en Galilea?. Creemos que sí porque un capítulo antes de que ocurra la unción en Betania, es decir en Jn11,2, San Juan se refiere ya a esta María como «aquella que ungió los pies del Señor» (he aleipsasa).

Si es así, María la pecadora se había convertido en contemplativa a los pies del Señor, escogiendo la mejor parte. San Juan pone de relieve el poder transformador de Jesucristo sobre las almas. La que era posesa ahora es contemplativa. Una profunda enseñanza sobre la misión de Jesucristo quien ha venido a perdonar y salvar a los pecadores.

Tampoco faltaron criticas en la segunda unción. Judas se escandalizó, no por generosidad con los pobres, sino por avaricia, y aun los otros discípulos interpretaron la conducta de María como un exceso. Pero el Señor reivindicó esta unción como había hecho la anterior:

«¡Dejadla en paz! ¿Por qué la molestáis? Buena obra es la que ha hecho conmigo. Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros, pero a mí no me tendréis siempre. Esta mujer ha hecho lo que ha podido, adelantándose a ungir mi cuerpo para la sepultura. En verdad os digo que dondequiera que se predique este evangelio sobre la faz de la tierra, se dirá lo que ella ha hecho por mí». (Mt.26)

San Juan Crisóstomo comenta: «Y así ha sucedido en verdad. Por dondequiera que vayáis oiréis alabar a esta mujer . . . Los habitantes de Persia, de la India, . . . de Europa, celebran lo que ella hizo con Cristo

*Al pié de la Cruz*

En la hora del Calvario, mientras casi todos abandonan a Jesús, allí estaba María Magdalena. ¡Cuanto se lo agradecería Jesús y la Virgen María! «Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Clopás, y María Magdalena». Juan 19:25

*Entre las que siguieron a Jesús en Galilea ahora siguen a Jesús al Calvario*

«Había allí muchas mujeres mirando desde lejos, aquellas que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle. Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Santiago y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo». Mateo 27:55-56

*Sentada en el sepulcro*

Después que José de Arimatea entierra a Jesús y se fue, María Magdalena quiso quedarse. «Estaban allí María Magdalena y la otra María, sentadas frente al sepulcro». -Mateo 27:61

Es coherente pensar que quién tuvo el amor y la valentía de exponerse para lavarle al Señor los pies con su cabello fuese capaz de estar con el en la cruz y después permanecer amorosamente ante su cuerpo yacente.

*Da testimonio de Cristo Resucitado*

María Magdalena, con la otra María fueron las primeras en ir al sepulcro el domingo de Resurrección: «Pasado el sábado, al alborear el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro» (Mateo 28:1) Iban con los perfumes para embalsamarlo… Descubrieron así que alguien había apartado la pesada piedra del sepulcro del Señor.

«Jesús resucitó en la madrugada, el primer día de la semana, y se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios». (Marcos 16:9)

María Magdalena, la pecadora convertida en contemplativa, fue la primera que vio, saludó y reconoció a Cristo resucitado.

Jesús la llamó: «¡María!» Y ella, al volverse, exclamó: «¡Maestro!» Y Jesús añadió: «No me toques, porque todavía no he subido a mi Padre. Pero ve a decir a mis hermanos: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios» (Jn 20:17)

El hijo de Dios quiso enseñarnos el alcance de su amor y de su poder redentor santificando a una pecadora, adentrándola en su infinita misericordia y enviándola a anunciar la resurrección a los Apóstoles.

María Magdalena es gran ejemplo para todos. No se dejó paralizar ni por sus pecados del pasado ni por las opiniones humanas. Creyó de todo corazón en las promesas del Señor y alcanzó la meta. Aquella de quién Jesús dijo que se adelantó para «ungir su cuerpo para la sepultura», no puede ahora ungir Su cadáver porque ha Resucitado. Aquella de quién dijo que «dondequiera que se predique el evangelio se dirá lo que ha hecho por mi» no podía ahora ser excluida del Evangelio porque es la primera persona testigo de su principal evento: La Resurrección del Señor. A la que mucho amó mucho se le perdonó y mucho continuó amando hasta llegar a participar en la gloria del Señor.

*Tradiciones sobre la vida posterior de María Magdalena*

La tradición oriental afirma que, después de Pentecostés, María Magdalena fue a vivir a Efeso con la Virgen María y San Juan y que murió ahí. A mediados del siglo VIII, San Wilibaldo visitó en Efeso el santuario de María Magdalena. En el 886 fueron llevadas sus reliquias a Constantinopla.

Según la tradición francesa muy difundida en occidente, María Magdalena fue con Lázaro y Marta a evangelizar la Provenza, Francia y pasó los últimos treinta años de su vida en los Alpes Marítimos, en la caverna de La Sainte Baume. Poco antes de su muerte, fue trasladada milagrosamente a la capilla de San Maximino, donde recibió los últimos sacramentos y fue enterrada por el santo.

La primera mención del viaje de María Magdalena a la Provenza data del siglo XI, a propósito de las pretendidas reliquias de la santa que se hallaban en la abadía de Vézelay, en Borgoña. Pero la leyenda no tomó su forma definitiva sino hasta el siglo XIII, en la Provenza. A partir de 1279, empezó a afirmarse que las reliquias de Santa María Magdalena se hallaban en Vézelay, en el convento dominicano de Saint-Maximin. Todavía en la actualidad es muy popular la peregrinación a dicho convento y a la Sainte Baume. Pero las investigaciones modernas, especialmente las que llevó a cabo Mons. Duchesne, han demostrado que no se pueden considerar como auténticos ni las reliquias, ni el viaje de los amigos del Señor a Marsella. Así pues, a pesar de los clamores de la tradición local francesa, hay que confesar que se trata de una fábula. Volvamos pues al Evangelio.

La pecadora fue perdonada por Jesús. Se cumplió en ella el Salmo 51 «Un corazón humillado y arrepentido, Dios nunca lo desprecia».

María Magdalena es la mujer que fue fiel a Jesús hasta el final y que El escogió para ser testigo de la Resurrección ante los apóstoles.

Santa María Magdalena, ruega por nosotros.

Bibliografía

Butler; Vida de los Santos.
Pope, Hugh; Catholic Encyclopedia, Vol IX. 1910
Sálesman, Vida de los Santos

Respuesta a los mitos del «Código Da Vinci» sobre M. Magdalena

El problema fundamental de los que quieren ver una relación sexual entre Jesús y María M. es que no pueden entender que exista un amor mas allá de los confines del sexo. Al no aceptar el amor divino tampoco pueden aceptar la vocación humana a ese amor. -P. Jordi Rivero

Mito #1
Jesús se casó con María Magdalena
Dice para colmo la novela que esto está «documentado históricamente».

Al respecto comentan Mark Shea y Edward Sri Cita en «El engaño Da Vinci» (Ed. Palabra, 2006):

Entre las miles de páginas escritas por los primeros cristianos no aparece un solo texto que hable de que Jesús estuviera casado con María Magdalena. Ni en los Evangelios del Nuevo Testamento, ni en las cartas de san Pablo, ni en los Padres de la Iglesia. ¡Ni tampoco en los evangelios gnósticos!

Todas las pruebas apuntan en otra dirección: que Jesús no se casó nunca. Por ejemplo, si Jesús hubiera tenido una esposa, ciertamente, los evangelios tuvieron muchas oportunidades para hablarnos de ello. Aunque mencionan frecuentemente a sus parientes (su padre, su madre, sus primos), nunca nos hablan de una esposa. Esto resulta muy raro si realmente Jesús hubiera estado casado.

Además, el Nuevo Testamento nunca menciona a María Magdalena como «esposa de Jesús». Las mujeres en los evangelios se asocian a menudo con hombres importantes que están junto a ellas si, de hecho, existen esos hombres en sus vidas. Lo llamativo es que el nombre de María Magdalena se suele unir a los de otras mujeres cuyas vidas están relacionadas con hombres conocidos, como «María (la Madre) de Jesús» y «María, mujer de Cleofás» (Juan 19, 25) y «Juana, la mujer de Cusa» (Lucas 8,3). Pero lo que destaca en María Magdalena es que, cada vez que se menciona su nombre, se suele identificar con su lugar de nacimiento, Magdala, pero nunca con un hombre. (…) Este pequeño detalle lo dice todo. Indica que María Magdalena no estuvo casada, y mucho menos casada con Jesucristo.

Mito #2
La Iglesia ha demonizado a María Magdalena, identificándola como una prostituta para evitar que se acepte su liderazgo en el cristianismo primitivo.

En realidad la Iglesia enseña la verdad del Evangelio que nos viene de los Apóstoles. Los mismos Evangelios presentan la verdad también sobre Pedro, quien negó a Jesús tres veces y sin embargo Jesús lo escogió como cabeza visible de la Iglesia y lo ratificó como tal después de su traición. Los demás Apóstoles abandonaron a Jesús. El Evangelio también nos enseña que Pablo fue homicida. La enseñanza es clara: Todos somos pecadores. Jesús vino a salvar a los pecadores que se arrepienten y les da el poder para nacer de nuevo, de manera que son llamados a participar en su Reino.

La Iglesia ha venerado a María Magdalena como una gran santa. La que era pecadora tiene un admirable arrepentimiento, muestra su gran amor a Jesús y se convierte en una gran discípula. Ella es además el primer testigo de la resurrección. Es por lo tanto un ejemplo del poder liberador de Cristo para transformar desde el corazón a quienes se abren a su redención. A María Magdalena la conocemos precisamente gracias a que la Iglesia escribió sobre ella en los Evangelios. Las fuentes de Dan Brown aparecieron siglos después y no son históricas.

Mito #3
El partido de María Magdalena

Según la novela, existió una pugna entre el «partido de la Magdalena» y el partido vencedor que sigue a Pedro, el cual sería el cristianismo actual, creyente en la divinidad de Cristo.

Del supuesto partido de Magdalena no existe ninguna evidencia. Brown lo deduce interpolando textos escritos mas de un siglo después de los Evangelios. Además, la novela se contradice ya que si el partido vencedor es de Pedro, entonces la fe en la divinidad de Jesús no fue inventada por Constantino (siglo IV) como alega.

Las humanidades en las carreras técnicas

Es un error muy extendido pensar que el cultivo de las humanidades, como ejercicio enriquecedor de la persona, no es propio de los que se dedican a las actividades científicas o técnicas, sino que son propias de las profesiones ligadas al conocimiento del hombre, es decir historiadores, juristas, lingüistas, filósofos o educadores.

Sin embargo, esto no es así, ya que cualquier profesional precisa de una buena formación humanística. Conviene tener presente que la finalidad de la educación consiste en la formación integral del ser humano, y en esa formación integral desempeñan un papel primordial los estudios clásicos. El desarrollo de los valores humanos nos sitúa a las puertas de la cultura, es decir donde se formularon por vez primera los ideales del humanismo, que significa la preocupación por el hombre considerado como individuo, en vez de miembro de una masa.

Conviene recordar lo que manifiesta la profesora Ozaeta, “los clásico no es un paradigma cerrado ante el que sólo cabe la mimesis, sino algo vivo, abierto, que sigue ofreciendo amplias perspectivas al pensamiento; un punto de partida que reta al hombre moderno a interpretar y organizar su mundo, a encontrar para la humanidad modos de vida mejores”.

En el caso del ingeniero, no sólo se precisan los conocimientos humanísticos por razones de formación – lo cual ya lo justificaría – sino que además los necesita para poder cumplir su deber de poner la tecnología, que maneja, al servicio del hombre.

En nuestra civilización cada vez es más alto el peso específico del componente tecnológico. Esto significa que las realizaciones tecnológicas tienen una incidencia muy fuerte sobre la vida del hombre, y por ende de la sociedad. A este respecto, son bien conocidos los efectos del llamado progreso técnico sobre los hábitos sociales, sobre el medio ambiente, sobre la economía, sobre las diversiones, sobre los métodos de trabajo, y sobre los procesos educativos.

Por tanto, el ingeniero, cuya misión es aplicar la tecnología, debe tener como meta fomentar cuantos efectos sean beneficiosos y reducir o suprimir las acciones perjudiciales o degradantes para el hombre. Tiene que orientar de este modo su actividad profesional, y por tanto, es imprescindible que conozca a fondo todo lo referente al hombre y a la civilización.

Napoleone Buonaparte (I)

El año que se celebró el bicentenario del levantamiento popular contra las tropas napoleónicas en Madrid, no tuvo la trascendencia que merecía, aunque en otras partes de España la cosa pasó sin pena ni gloria. Parece mentira que la «Memoria Histórica» sea tan frágil en este pueblo. Los seis años de lucha del pueblo español contra el invasor, con todo lo que supuso de muerte y destrucción, han sido uno de los periodos más trágicos de nuestra historia, y todo debido a un personaje de los más atrabiliario que se ha dado en Europa. Lo que parece mentira es que a estas alturas todavía haya quien lo considere un «genio de la guerra», cuando por su hechos debería haber pasado como uno de los peores estrategas que ha habido. Se puede aceptar que fuese un buen táctico, pero como estratega fue un verdadero desastre. Si consideramos los hechos más importantes de su breve, pero funesto periodo de mandato, el saldo no puede ser más negativo: Desastre en su objetivo de enfrentarse a Inglaterra en el mar, Trafalgar (de paso nos quedamos sin escuadra); Desastre en su aventura egipcia, un ejercito destruido por el calor, la peste y disentería; Desastre en su aventura en Rusia, un ejercito de casi 600.000 mil hombres, de los que regresaron a penas 25.000, víctimas del frío, el hambre, las enfermedades y… los cosacos, y finalmente desastre en España, en que se llevó lo que no está escrito. Finalmente la última de las batallas en las que intervino, Waterloo, es un ejemplo de lo que no se debe hacer. Por cierto, en el arco de triunfo de París faltan dos batallas: Bailén y Waterloo.
Este pájaro es un mito, y contra los mitos solo cabe una solución: DESMITIFICARLOS.

Sí a la guerra

La guerra está justificada, por lo menos, en los siguientes casos:

  • Contra los “progresistas”, que intentan progresar a costa del prójimo.
  • Contra lo ecologistas, que carezcan de conocimientos sobre Ecología.
  • Contra los blasfemos, mal hablados y soeces.
  • Contra lo público; hombres públicos, mujeres públicas, etc.
  • Contra los pederastas (cadena perpetua).
  • Contra los políticos populistas, que pretenden darnos el timo del “toco mocho”.
  • Contra los periodistas que no se limitan a informar, sino a deformar.
  • Contra las organizaciones NO-GUBERNAMENTALES que se financian con el dinero del Gobierno (por lo menos deberían cambiar de nombre y pasar a llamarse GUBERNAMENTALES).
  • Contra lo organizadores de peleas de perros, gallos, etc. (más de cinco años de cárcel sin remisión).
  • Contra los violadores (cadena perpetua).
  • Contra los sacerdotes que abusan de los niños (más de veinte años de cárcel).
  • Contra los “asalta-capillas” de cualquier religión y credo (entre cinco y diez años de cárcel).
  • Contra los que ensucian el mobiliario urbano, los monumentos, etc. (condenados a borrar las pintadas en el tiempo que fije el Juez).
  • Contra los pirómanos (condenados a plantar árboles en función del daño causado).
  • Contra los que abusen de niños, ancianos, minusválidos, etc. (más de diez años de cárcel).
  • Contra los alcohólicos y drogadictos, siempre que vayan conduciendo un vehículo y no se haya producido un accidente (retirada del permiso de conducir a perpetuidad y una sanción económica fuerte), en el caso de un accidente la pena de cárcel se multiplicaría por tres.
  • Contra los conductores de “furgonetillas” y «furgonetas», por exceso de velocidad (retirada del permiso de conducir durante medio año. En caso de reincidencia, a perpetuidad).
  • Contra los padres que amenacen a los profesores de sus hijos (multa a los padres y fuera el niño del centro de enseñanza).
  • Contra los políticos que dispongan del dinero del contribuyente para fines que no tengan que ver estrictamente con el bien común (aquí no está incluido el mundo de la kultura), en este caso cesarán de sus cargos y responderán con su patrimonio.
  • Contra los coches oficiales, residencias oficiales, gastos suntuarios de toda la clase política (los políticos se trasladarán en sus propios vehículos o en transporte público, y vivirán en sus domicilios particulares).
  • Contra todo tipo de aforamiento, no existe aforamiento para nadie.
  • Contra todos los “anti”, incluidos los “antisistema”.

Oclocracia o gobierno de la muchedumbre

Oclocracia (del griego ὀχλοκρατία, del latín ochlocratia) según la visión aristotélica clásica es una de las tres formas específicas de degeneración de las formas puras de gobierno, en concreto de la Democracia A veces el término se confunde con tiranía de la mayoría dado que están íntimamente relacionados.

Polibio, historiador  griego, en su obra Historiæ, VI, 3, 5-12; 4, 1-11, sobre el 200 a. C. llamó oclocracia al fruto de la acción demagógica y la definió como «la tiranía de las mayorías incultas y uso indebido de la fuerza para obligar a los gobernantes a adoptar políticas, decisiones o regulaciones desafortunadas«. «Cuando ésta (la democracia), a su vez, se mancha de ilegalidad y violencias, con el pasar del tiempo, se constituye la oclocracia«, Historiae, VI, 4. Según su teoría anacyclose -teoría cíclica de la sucesión de los sistemas políticos (a la que alude Maquiavelo)- la oclocracia se presenta como el peor de todos los sistemas políticos, el último estado de la degeneración del poder. Polibio describe un ciclo de seis fases que hace volcar la monarquía en la tiranía, a la que hace continuación la aristocracia que se degrada en oligarquía, luego de nuevo la democracia piensa remediar la oligarquía, pero zozobra, ya en la sexta fase, configurándose como oclocracia, donde no queda más que a esperar al hombre providencial que los reconduzca a la monarquía.

Multitud es un concepto de la ciencia política y el Derecho constitucional que representa la multiplicidad social de sujetos que es capaz de actuar en común como agente de producción biopolítica dentro del sistema político.

Algunas curiosidades de la historia

En la antigua Inglaterra las gentes no podían tener sexo sin contar con consentimiento Real (a menos que se tratara de un miembro de la familia real). Cuando una pareja quería tener un hijo, debían solicitar un permiso al monarca, quien les entregaba una placa que debían colgar afuera de su puerta mientras tenían relaciones. La placa decía: «Fornication Under Consent of the King» (F.U.C.K.). Ese es el origen de tan socorrida palabrita.

Durante la guerra de secesión, cuando regresaban las tropas a sus cuarteles sin tener ninguna baja, escribían en una gran pizarra «0 Killed» (Cero muertos). De ahí proviene la expresión «O.K.» para decir que todo está bien.

En los conventos, durante la lectura de las Sagradas Escrituras, al referirse a San José decían siempre «Pater Putatibus» y por simplificar «P.P.» Así nació el llamar «Pepe» a los que se llaman José.

Cada rey de las cartas representa a un gran rey de la historia:

Espadas:       Rey David

Tréboles:     Alejandro Magno

Corazones:   Carlo Magno

Diamantes:   Julio César

En el Nuevo Testamento en el libro de San Mateo dice «es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que un rico entre al Reino de los Cielos». El problemita es que San Jerónimo, el traductor del texto, interpretó la palabra «camelos» como camello, cuando en realidad, en griego «Kamelos» es aquella soga gruesa con la que se amarran los barcos a los muelles, en definitiva, el sentido de la frase es el mismo, pero ¿Cuál les parece más coherente?

Cuando los conquistadores ingleses llegaron a Australia, se asombraron al ver unos extraños animales que daban saltos increíbles. Inmediatamente llamaron a un nativo (los indígenas australianos eran extremadamente pacíficos) e intentaron preguntarle mediante señas. Al notar que el nativo siempre decía «Khan Ghu Ru» adoptaron el vocablo inglés «kangaroo» (canguro). Los lingüistas determinaron tiempo después el significado, el cual era muy claro. Los aborígenes querían decir «No le entiendo».

La zona de México conocida como Yucatán viene de la conquista cuando un español le preguntó a un indígena como llamaban ellos a ese lugar. El indio le dijo: Yucatán. Lo que el español no sabía era que le estaba contestando: «no soy de aquí».

Dice el refranero popular: UNO NO SE ACUESTA SIN SABER ALGO NUEVO

Fiesta de Nuestra Señora del Pilar


La tradición de la Virgen del Pilar, tal como ha surgido de unos documentos del siglo XIII que se conservan en la catedral de Zaragoza, se remonta a la época inmediatamente posterior a la Ascensión de Jesucristo, cuando los apóstoles predicaban el Evangelio. Se dice que Santiago el Mayor había desembarcado en la Península por el puerto de Cartagena, lugar donde fundó la primera diócesis española, predicando desde entonces por diversos territorios del país. Los documentos dicen textualmente que Santiago, «llegó con sus nuevos discípulos a través de Galicia y de Castilla, hasta Aragón, donde está situada la ciudad de Zaragoza, en las riberas del Ebro. Allí predicó Santiago muchos días y, entre los muchos convertidos eligió como acompañantes a ocho hombres, con los cuales trataba de día del reino de Dios, y por la noche, recorría las riberas para tomar algún descanso».

En la noche del 2 de enero del año 40, Santiago se encontraba con sus discípulos junto al río Ebro cuando «oyó voces de ángeles que cantaban Ave María, Gratia Plena y vio aparecer a la Virgen Madre de Cristo, de pie sobre un pilar de mármol». La Santísima Virgen, que aún vivía en carne mortal, le pidió al Apóstol que se le construyese allí una iglesia, con el altar en torno al pilar donde estaba de pie y prometió que «permanecerá este sitio hasta el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que en sus necesidades imploren mi patrocinio». Desapareció la Virgen y quedó ahí el pilar. El Apóstol Santiago y los ocho testigos del prodigio comenzaron inmediatamente a edificar una iglesia en aquel sitio y, antes de que estuviese terminada la Iglesia, Santiago ordenó presbítero a uno de sus discípulos para servicio de la misma, la consagró y le dio el título de Santa María del Pilar, antes de regresarse a Judea. Esta fue la primera iglesia dedicada en honor a la Virgen Santísima.

La devoción del pueblo por la Virgen del Pilar se halla tan arraigada entre los españoles y desde épocas tan remotas, que la Santa Sede permitió el establecimiento del Oficio del Pilar en el que se consigna la aparición de la Virgen del Pilar como «una antigua y piadosa creencia». En 1438 se escribió un «Libro de Milagros» atribuidos a la Virgen del Pilar, que contribuyó al fomento de la devoción hasta el punto de que, el rey Fernando el Católico dijo: «creemos que ninguno de los católicos de occidente ignora que en la ciudad de Zaragoza hay un templo de admirable devoción sagrada y antiquísima, dedicado a la Santa y Purísima Virgen y Madre de Dios, Santa María del Pilar, que resplandece con innumerables y continuos milagros».

El Papa Clemente XII señaló la fecha del 12 de octubre para la festividad particular de la Virgen del Pilar, pero ya desde siglos antes, en todas las iglesias de España y entre los pueblos sujetos al rey católico, se celebraba la dicha de haber tenido a la Madre de Dios en su región cuando todavía vivía en carne mortal.

Tres rasgos peculiares que caracterizan a Ntra. Sra. del Pilar y la distinguen de otras advocaciones marianas. El primero es que se trata de una venida extraordinaria de la Virgen durante su vida mortal. La segunda la constituye la Columna o Pilar que la misma Señora trajo para que sobre él se construyera la primera capilla que, de hecho, sería el primer templo mariano de toda la Cristiandad. Y la tercera es la vinculación de la tradición pilarista con la tradición jacobea (Santiago de Compostela); por ello, Zaragoza y Compostela, el Pilar y Santiago, han constituido los ejes fundamentales en torno a los cuales ha girado durante siglos la espiritualidad de España.

La Basílica del Pilar, en Zaragoza, constituye en la actualidad uno de los santuarios marianos más importantes del mundo y recibe contínuas peregrinaciones. Ante la Virgen han orado gentes de todas las razas, desde las más humildes, hasta los reyes y gobernantes más poderosos, e incluso pontífices. El grandioso templo neoclásico se levanta sobre el lugar de la aparición, conservándose la Columna de piedra que la Virgen dejó como testimonio, un Pilar que simboliza la idea de solidez del edificio-iglesia, el conducto que une el Cielo y la Tierra, a María como puerta de la salvación.

El día 12 de octubre de 1492 fue precisamente cuando las tres carabelas de Cristóbal Colón avistaban las desconocidas tierras de América, lo que ha motivado que la Virgen del Pilar haya sido proclamada como patrona de la Hispanidad, constituyendo el mejor símbolo de unión entre los pueblos del viejo y nuevo continente. Su fiesta se celebra con gran fasto en todas las naciones de habla hispana y especialmente en la ciudad de Zaragoza, donde miles de personas venidas de todo el mundo realizan una multitudinaria ofrenda floral a la Virgen.

La religión única o el sincretismo universal

El Secretario General de la ONU, Kofi Annan, en el año 2000, y en el discurso inaugural de la sesión especial de la Asamblea General llamada Beijing+5, hizo suya una afirmación de las organizaciones eco-feministas enroladas en la Red Día de la Tierra:

Nosotros no somos huéspedes de este planeta. Nosotros le pertenecemos”.

De este modo, Annan señaló una constante en los intentos de “reingeniería de las religiones”, un panteísmo cada vez menos disimulado, que informa lo que en documentos oficiales la ONU se llama globalización de las creencias religiosas.

En este contexto hay que encuadrar este “culto” al Día de la Tierra, informado por la Carta de la Tierra y con las organizaciones que la promueven como son:

  • El Consejo de la Tierra
  • El Centro Inter-confesional del Diálogo, (también llamado Templo del Entendimiento Universal)
  • El Global Forum of Spiritual and Parlamentary Leaders for Human Survival
  • Diversas organizaciones eco-abortistas
  • Indigenistas (cultos a la Pacha Mama, la Madre Tierra)
  • Lesbofeministas (cultos a la diosa Gaia)
  • Sectas orientalistas como la Bahá´í International Community
  • La institución new age pro-homosexual, que, por ejemplo, organizó en Miami (1992), la Conferencia Mundial para el Desarrollo de la Mujer y el Medioambiente, en la que propuso una serie de tesis a favor del aborto seguro y legal como derecho de las mujeres y como medida para la protección del medio ambiente.

Un miembro del Consejo de la Carta de la Tierra y Premio Nóbel de la Paz, declaró:

“hay que volver a reescribir la Biblia. Una Biblia, en el que el hombre, el medio ambiente y Dios formen parte de un todo en el que no haya diferencias, para romper con las tradición abrahámica del Judaísmo, el Cristianismo y el Islam, dominada por el antropocentrismo en el que se le da a la naturaleza una importancia secundaria” (NG 671).

Luego, el ser humano no se distingue esencialmente de las demás criaturas animadas o inanimadas y, además se le debe considerar el “mayor depredador de la naturaleza”.

No se trata de ignorar el problema ecológico tan ampliamente expuesto por Juan Pablo II en su magisterio, sino de evitar que a través del ecologismo caigamos en un indiferentismo o un igualitarismo religioso inmanentista y neo-panteísta.